Vida

Los incómodos secretos médicos de la Segunda Guerra Mundial





Anfetaminas utilizadas en combate

El uso de drogas en el campo de batalla no es un fenómeno nuevo, ya que a lo largo de la historia diferentes ejércitos han recurrido a sustancias para aumentar la resistencia y combatir la fatiga. Desde alcohol y opio hasta cocaína y cannabis, estas sustancias han sido utilizadas para influir en el rendimiento de los soldados.

Un claro ejemplo de esto es el uso de cocaína durante la Primera Guerra Mundial, donde soldados británicos, franceses y canadienses consumían la droga como un «suplemento dietético». A pesar de los rumores de que la farmacéutica alemana Merck estaba suministrando cocaína para socavar la moral del enemigo, esto resultó ser una falsa noticia y los holandeses aprovecharon su neutralidad para lucrarse con el comercio de cocaína.

Anfetaminas en la Segunda Guerra Mundial

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, se introdujo una nueva forma de combate conocida como la guerra relámpago. Esta estrategia requería una gran resistencia y energía por parte de los soldados, por lo que se distribuyeron millones de pastillas de metanfetamina llamadas «Pervitín» o «pervitina» entre las tropas alemanas. Estas pastillas, que se vendían en cajas de bombones, ayudaban a combatir la fatiga, aumentar la agresividad y la confianza, y mantener a los soldados alerta durante más tiempo.

Curiosamente, a pesar de que el consumo de drogas era considerado inmoral según la ideología nazi, se permitió el uso de las anfetaminas en el campo de batalla debido a sus efectos energizantes y estimulantes. Sin embargo, a medida que avanzaba la guerra, se fueron reduciendo las asignaciones de metanfetamina debido a los efectos adversos y la adicción que causaba.

El uso de drogas en el deporte

No solo en la guerra se utilizaban drogas, sino que también se recurría a ellas en el ámbito deportivo. Durante el campeonato mundial de fútbol de 1954, se engañó a los jugadores alemanes haciéndoles creer que estaban recibiendo vitamina C cuando en realidad se les inyectaba Pervitín, lo que les ayudó a ganar el partido.

Además de los nazis, los estadounidenses también distribuyeron anfetaminas, como la benzedrina, a sus pilotos para mantenerlos despiertos durante las misiones. Estas sustancias también fueron utilizadas en los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936 y, una vez finalizada la guerra, los médicos continuaron prescribiendo anfetaminas para combatir la depresión.

A lo largo de la historia, el uso de drogas en el combate y el deporte ha sido un tema controvertido. Aunque estas sustancias pueden proporcionar ciertos beneficios en términos de resistencia y rendimiento, también conllevan riesgos para la salud y pueden generar adicción. Es importante tener en cuenta tanto los aspectos positivos como los negativos al analizar su uso en estos contextos.


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