Casa

Las estufas de leña en hierro fundido son lo que necesitas este invierno

Desde el principio de los tiempos, el ser humano ha buscado la forma de calentar las estancias que eran su refugio en las épocas más frías. Los primeros indicios de esto datan de hace miles de años gracias a la domesticación del fuego.

Ha tenido que transcurrir mucho tiempo para pasar de las calderas construidas a ras del suelo hasta llegar a las estufas de hierro fundido, tal y como las concibe larcee, pero el uso de la madera y el hierro es su nexo en común.

Beneficios del hierro fundido para el invierno

A la hora de elegir la fuente de calor que deseamos en una estancia, las estufas de hierro fundido son una buena elección. Este material, también conocido como hierro gris, tiene la particularidad de tardar en calentarse, pero una vez que el fuego lo templa y hay brasas, el calor se mantiene regular y constante durante muchas horas. 

Además, cuenta con beneficios que no encontramos en otros sistemas de calefacción:

  • La energía que desprenden es totalmente limpia, ya que ni el hierro ni la madera contienen elementos que contaminen y las emisiones de CO₂ son ínfimas.
  • Su alta resistencia al calor y la forma en que se construyen hacen que sean muy duraderas.
  • Su mantenimiento exterior es muy sencillo, ya que se limpia con productos de uso habitual, como el vinagre, o limpiacristales en caso de tenerlos.
  • El interior debe limpiarse una vez al año, y no reviste mayor complicación que vaciarla por completo y limpiar a fondo tanto la caldera como la chimenea retirando todos los depósitos de hollín.
  • La ceniza que se genera, una vez bien fría, es un estupendo abono orgánico para las plantas.
  • Pueden encastrarse en los vanos de antiguas chimeneas y, aprovechar tanto el hueco, como el conducto de salida de humos.
  • Podemos encontrar algunos modelos con bandejas que, aprovechando el calor y el movimiento interior del aire, se convierten en un perfecto horno de asar.
  • Una vez encendida solamente basta con asegurarnos de que el cajón dónde recoge la ceniza esté vacío, el tiro en su posición correcta, que tenga leña o pellets que quemar.
  • Los diferentes modelos que podemos encontrar nos permiten ubicarlas en cualquier lugar de la casa, e incluso realizar entubaciones que permitan que el calor alcance otras estancias sacándole el máximo provecho. 
  • Gracias al tipo de calor que desprenden, y de la forma que lo hacen, invitan al sosiego y a la relajación, ya que es envolvente y constante sin bruscos cambios ni ruidos ni olores.
  • Económicamente resultan ganadoras, ya que tanto la leña como el pellet son los combustibles, o fuente de energía, más baratos que podemos encontrar.

Si procuras mantener el exterior libre de óxido, y el interior sin hollín, tendrás una bonita, hogareña y cálida forma de calentar tu hogar durante todo el invierno. 

Día y noche tu casa estará a la temperatura adecuada y, además, podrás dejar de preocuparte por apagones, o fallos inesperados, que afectan a otros tipos de calefacción y suelen ser inoportunos e inesperados.

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