El ‘rey’ antes de la Gran Mortandad: Un poderoso depredador con dientes de sable
El evento cataclísmico que cambió la Tierra
Hace aproximadamente 252 millones de años, nuestro planeta experimentó un evento cataclísmico de extinción masiva conocido como la «Gran Muerte». También llamado evento de extinción Pérmico-Triásico, esta catástrofe provocó la desaparición del 96% de todas las especies marinas y el 70% de las especies de vertebrados terrestres. Fue un suceso transformador que alteró los ecosistemas y dejó una huella profunda en la biodiversidad del planeta. La causa de esta extinción masiva se atribuye a una combinación de factores, incluida una intensa actividad volcánica que liberó grandes cantidades de gases de efecto invernadero, desencadenando un calentamiento global y un cambio climático. Estos eventos resultaron en la acidificación de los océanos y la disminución drástica de los niveles de oxígeno en ellos, lo que provocó el colapso de los ecosistemas marinos. Sin embargo, este evento catastrófico estableció las bases para la era de los dinosaurios, que dominarían la Tierra hasta hace 66 millones de años.
La era de los depredadores con dientes de sable
Durante el Período Pérmico, que tuvo lugar desde hace aproximadamente 298 millones hasta 252 millones de años, la vida en la Tierra estaba dominada por los sinápsidos, los ancestros de los mamíferos. En aquel entonces, un depredador gigante con dientes de sable reinaba en la cadena alimenticia: Inostrancevia, una criatura del tamaño de un tigre cuyos fósiles se encontraban únicamente en Rusia. Sin embargo, un reciente descubrimiento revela que estos depredadores también migraron más de 11.000 kilómetros hasta Sudáfrica durante la Gran Muerte. Estos hallazgos indican que Inostrancevia logró llenar un vacío en un ecosistema lejano que había perdido a sus principales depredadores. Este súper depredador se convirtió en el rey de su momento, adaptándose y prosperando en un entorno en constante cambio.
Una criatura extraordinaria
El registro fósil encontrado en Sudáfrica revela que Inostrancevia ocupó un nicho ecológico vacante después de que otros depredadores desaparecieran antes de la Gran Muerte. Estos huesos fosilizados nos brindan una ventana al pasado, mostrándonos la lucha por la supervivencia que tuvo lugar mientras los animales se adaptaban a su entorno cambiante. Aunque aún se desconoce cómo llegaron estos depredadores desde Rusia hasta Sudáfrica o cuánto tiempo les llevó atravesar el supercontinente Pangea, está claro que Inostrancevia era un depredador superior. Pertenecía a la familia de los gorgonopsianos, una agrupación de protomamíferos que incluye a los primeros depredadores con dientes de sable del planeta. Este antiguo animal, cuya apariencia se asemejaba a la de un elefante o un rinoceronte, pero con el tamaño de un tigre, se encontraba en la transición entre los aspectos reptilianos y los rasgos mamíferos.
Una crisis ecológica sin precedentes
Este nuevo estudio no solo arroja luz sobre el evento de extinción masiva que allanó el camino para el surgimiento de los dinosaurios, sino que también nos proporciona lecciones valiosas sobre las crisis ecológicas a las que nos enfrentamos en la actualidad. Los investigadores han descubierto que los cambios en los roles de los depredadores máximos ocurrieron cuatro veces en menos de dos millones de años alrededor de la Gran Muerte, lo que demuestra la extrema naturaleza de esta crisis y su impacto en los ecosistemas en constante cambio. Comprender mejor cómo los eventos de extinción masiva afectan a los ecosistemas es crucial, especialmente en el contexto actual de cambios climáticos y crisis ecológicas. El Período Pérmico se convierte así en un paralelismo con la situación actual de nuestro planeta. Estudiar y comprender esta era pasada nos brinda valiosas lecciones para proteger y preservar la biodiversidad en el futuro.
Referencia:
Christian F. Kammerer, Pia A. Viglietti, Elize Butler, Jennifer Botha. Rapid turnover of top predators in African terrestrial faunas around the Permian-Triassic mass extinction. Current Biology, 2023; DOI: 10.1016/j.cub.2023.04.007