¿De dónde viene la palabra borrasca?

Conforme la define el Diccionario de la Real Academia, una  borrasca es una “perturbación atmosférica grave caracterizada por fuertes vientos, rebosantes precipitaciones y, en ocasiones, fenómenos eléctricos”. El término se asocia a las tormentas frías y procede del heleno bóreas, que significa “viento del norte”.

De ahí pasó al latín borealis –relativo al norte, en castellano– y al latín vulgar borras. Este es del mismo modo el origen del adjetivo boreal, equivalente a septentrional o bien del norte. De ahí que el hemisferio boreal es el hemisferio norte y las auroras boreales son las que se pueden ver en las zonas árticas del hemisferio norte, a la inversa que las australes, que son las del sur.

Existen dudas entre los especialistas sobre si el palabra se produjo ya antes en italiano –burrasca– o bien en catalán y castellano. En lo que se refiere al sufijo –asco/a, es prerromano, propio del norte de Italia y de la península ibérica. No en balde, está presente a menudo asimismo en euskera. Por otro lado, la palabra borrasca ha dado origen al adjetivo tormentoso, con estas acepciones:

Que causa borrascas: viento tormentoso.
Propenso a ellas: el cabo de Hornos es tormentoso.
Dicho de una asamblea o bien de un movimiento histórico o bien político: agitado, violento.
-De forma coloquial, dicho de una vida, de una diversión: dominadas por el desorden y el libertinaje.

La palabra ha pasado a la historia de la literatura por el titulo de la novela Cimas tormentosas –traducción al castellano de Wuthering Heights–, de Emily Brontë, que evoca violentas tormentas (exteriores y también interiores) y candentes pasiones.

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